lunes, 18 de marzo de 2013

A SI ES LA PATRONAL EN ESPAÑA

Pero ¡Que cara más dura!. Así funciona el sistema capitalista: El Estado no debe de intervenir nunca; eso lo hacen los gobiernos "sociatas" y es malo para el mercado. Pero cuando, en su desmesurado afán por ganar y ganar, más y más, las cosas no salen bien, entonces sí, entonces "abrimos un paréntesis" y que acuda papa estado en su ayuda socializando las pérdidas con nuestros impuestos. Es decir, cuando hay ganancias se llenan los bolsillos "Los de siempre", y cuando hay pérdidas se reparten entre el resto de la ciudadanía. ¿Y la plebe? Bien, gracias, en el sofá de la tele tragando y tragando. Lo que necesitan esta banda de ladrones es un "mayo francés" a escala mundial y "a bayoneta calada". Pero va a ser que no. No me cansaré de repetirlo: Nuestros descendientes nos recordarán como la generación que no movió un dedo para la protesta. La que perdió la dignidad... Triste...


¡Pero qué cara más dura! Al menos se les agradece la cruda sinceridad. Piden libre mercado cuando se están forrando, e intervención estatal cuando ganan menos o dejan de ganar, o cuando estallan sus chamullos financieros. Libre mercado para pagar salarios de miseria y para cobrar hasta por las identificaciones de llamadas en las telefónicas. Intervención para que les regalen el dinero que los trabajadores aportaron con impuestos (el fraude fiscal de las empresas en España es enorme, oficialmente casi no hay millonarios, y todos los bienes de lujo están a nombre de las empresas). Cuando las empresas están saneadas con dinero público se vuelven a privatizar y sigue la rueda de inmensos beneficios para unos pocos a costa de la mayoría. Además, son ellos los que dicen cuando hay que poner el "paréntesis", a su gusto y provecho.

Joder qué listo es el tío. Es decir, que les den pasta para que con esa pasta puedan hacerse con los pocos sectores que todavía están controlados por el gobierno, que además se los tiene que entregar (como se hizo con Telefónica, Endesa, Transmediterránea, etc) por cuatro perras gordas para que ellos eleven sus beneficios a la enésima potencia. Qué jeta, por el amor de Dios, qué jeta tiene la clase empresarial española. La ecuación que les va bien es la siguiente: Lo mío para mí, y lo de todos para mí también. Está claro que este sistema no funciona, el neoliberalismo es un camelo, a ver si de una vez algún gobierno se atreve a pegar un puñetazo encima de la mesa y volver al control de los sectores estratégicos, aquellos cuya propiedad jamás debió entregar ningún gobierno irresponsable (los inefables González y Ánsar)a carroñeros como los que pululan por las grandes empresas españolas.

Que majo dice:"Se puede poner un paréntesis a la economía libre de mercado", pero además pide "más liberalizaciones, más privatizaciones y pasar a la gestión privada los servicios públicos". Y yo que soy también libre de pedir, pido amablemente, que te vayas a la mierda



martes, 5 de marzo de 2013

Montoro desmonta sus propias falsedades




El PP y sus coro mediático habitual llevan más de un año acusando a Zapatero de haber dejado las cuentas públicas hechas unos zorros. Ese ha sido el gran pretexto de Rajoy para incumplir, una detrás de otras, todas las promesas electorales que a finales de 2011 le abrieron las puertas del poder. Sin embargo, su estrategia ha saltado por los aires estrepitosamente como consecuencia de las revelaciones realizadas en los últimos días por el ministro de Hacienda.

La más importante de ellas es que, pese a su inmisericorde política de recortes, el Gobierno tampoco ha sido capaz de embridar el déficit conjunto de las administraciones. Antes al contrario, en 2012 rozó el 10% del PIB, medio punto más del que dejó Zapatero. La explicación de tan sonoro fracaso estriba en que el efecto de la rebaja del gasto y de la subida de impuestos se lo comió íntegramente el rescate bancario, cuya factura ascendió el año pasado a 40.000 millones de euros.

La otra revelación de Montoro es que en diciembre no tenía ni idea aún de cuál sería el déficit definitivo correspondiente a 2012. Cosa perfectamente verosímil porque, ya avanzado el mes de febrero, durante el debate sobre el estado de la nación, Rajoy sólo se atrevió a dar un dato aproximado. Lo cual echa por tierra la recurrente teoría de que Zapatero mintió a sabiendas sobre el cierre fiscal de su último ejercicio antes de dejar el palacio de la Moncloa en las navidades de 2011.

Aparte de desmontar sus propias mentiras sobre los resultados de la gestión del PP y sobre la herencia recibida, Montoro ha intentado confundir a la opinión pública acerca de los sacrificios que todavía nos esperan. Según el ministro de Hacienda, gracias al esfuerzo ya realizado, en 2013 no serán necesarios recortes adicionales. Como si los que están contemplados en los Presupuestos Generales del Estado vigentes desde el 1 de enero fueran moco de pavo.

Este año, por ejemplo, las pensiones volverán a perder poder adquisitivo porque su subida ha sido inferior a la inflación prevista. El salario mínimo profesional, que sirve de referencia a diversas prestaciones y ayudas sociales, permanecerá congelado. Y habrá menos dinero para sanidad y educación, debido a los nuevos ajustes exigidos por el Gobierno a todas las comunidades autónomas, con el objetivo de reducir a menos de la mitad su déficit de 2012.

O sea que, diga lo que diga Montoro, en 2013 los ciudadanos tendremos que hacer -estamos haciendo ya- un sobreesfuerzo. A ver si esta vez también se lo come la banca…